19 noviembre 2012

Tanto deseo


Estas sentado en el borde de la mesa y no puedo dejar de mirarte. Tu aire de distraído, llama increíblemente la atención y atrae mis ojos como un campo magnético. Todas esas sensaciones me son conocidas de algún tiempo atrás, creo recordar como si fuese ayer la primera vez que mis labios rozaron tu piel. Y hoy, mis cinco sentidos puestos en vos una vez más. Sé que no debería mirarte así, casi con la boca abierta, no tendría que desearte como te deseo. Pero no puedo resistirme a tu aroma dulzón, tu esencia picante, eso que siempre me gusto de vos.
Sabes que me vuelvo loca cuando te veo, no me puedo resistir; y te haces desear quedándote inmóvil con una actitud que esconde mucho más de lo que aparenta. Así mi imaginación muta en fantasía, teniéndote tan cerca una vez más los segundos se hacen horas y caigo otra vez en tu juego de seducción.
Comienzo a tocarte suavemente por encima de la ropa mientras me alentás a que siga con sonidos, sin decir una palabra. Te desnudo violentamente, mientras todo el misterio que te envolvía ahora me remonta a esas mañanas de éxtasis en las que me entregaste todo. Veo tu cuerpo y nada cambió. Cada milímetro de mi lengua roza tu piel, casi transparente, que por poco deja ver tu sangre. Ese perfume único es capaz de enloquecer a cualquiera... y mi boca está poseída, explorando nuevamente todo tu cuerpo. Extrañaba tenerte así: tan dentro de mí estas que ya creo que somos uno, ahora sé que no quiero separarme de vos nunca más, quiero saborearte eternamente. Fusionados en este acto de locura siento como se acerca la mejor parte, quiero romperte, morderte, acabarte! Con los ojos fuera de órbita y totalmente descontrolada, tengo ganas de reír, de llorar, de gritar... Un viento caliente me invade por completo y se transforma en un orgasmo que parece interminable, un orgasmo en el que nos unimos para siempre.
Ahora te recuerdo entero, ese toque oscuro, esa amargura que te hace ser perfecto aparece desbordante, y así comprendo que sos el mejor amante.
Mi complemento, mi todo, mi eterno compañero, ya te extrañaba, necesitaba sentir una vez más el placer de comer un caramelo de menta con chocolate.

(Escrito el 14-06-07)

No hay comentarios: