Sabes que me vuelvo
loca cuando te veo, no me puedo resistir; y te haces desear quedándote inmóvil
con una actitud que esconde mucho más de lo que aparenta. Así mi imaginación muta
en fantasía, teniéndote tan cerca una vez más los segundos se hacen horas y
caigo otra vez en tu juego de seducción.
Comienzo a
tocarte suavemente por encima de la ropa mientras me alentás a que siga con sonidos,
sin decir una palabra. Te desnudo violentamente, mientras todo el misterio que
te envolvía ahora me remonta a esas mañanas de éxtasis en las que me entregaste
todo. Veo tu cuerpo y nada cambió. Cada milímetro de mi lengua roza tu piel,
casi transparente, que por poco deja ver tu sangre. Ese perfume único es capaz
de enloquecer a cualquiera... y mi boca está poseída, explorando nuevamente
todo tu cuerpo. Extrañaba tenerte así: tan dentro de mí estas que ya creo que
somos uno, ahora sé que no quiero separarme de vos nunca más, quiero saborearte
eternamente. Fusionados en este acto de locura siento como se acerca la mejor
parte, quiero romperte, morderte, acabarte! Con los ojos fuera de órbita y
totalmente descontrolada, tengo ganas de reír, de llorar, de gritar... Un
viento caliente me invade por completo y se transforma en un orgasmo que parece
interminable, un orgasmo en el que nos unimos para siempre.
Ahora te
recuerdo entero, ese toque oscuro, esa amargura que te hace ser perfecto
aparece desbordante, y así comprendo que sos el mejor amante.
Mi complemento,
mi todo, mi eterno compañero, ya te extrañaba, necesitaba sentir una vez más el
placer de comer un caramelo de menta con
chocolate.
(Escrito el 14-06-07)
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