29 enero 2014

Vértigo

Hay un estertor involuntario que nace desde el núcleo de las fosas más oscuras, como la consecuente vacuidad mental de una sensación ilusoria.

Hay un inmenso talud que gira, oscila, atrae, imana.

Hay un salto póstumo que invita a enterrar el pavor.

En un acto de osadía obligada, el lado más austero de la permanecia se hace añicos contra las líneas del mundo, y la proximidad -de los cuerpos y las salivas- baña la totalidad del entorno de vértigo.



Kirstine Roepstorff, Pink, 2004, Courtesy Christina Wilson Gallery