Un amanecer encandilante.
Dos ojos incandescentes.
Intrascendentes.
Como tus venas cuando colapsan
hundiendo en fiebre todas tus muertes
que no
llegan a la calidad de orgasmo,
solo porque les falta sangre.
Hedonismo y locura.
Hambre de sonrisas.
Paradoja incompleta.
Yo camino al
borde de ese precipicio
en donde estas bailando furiosa,
Porque no
sabés cuales son tus propios límites
y siempre te los violo yo.
No sos meridiano, mucho menos hemisferio.
El mundo
corre más rápido que el propio tiempo,