Escupí mis
pensamientos en tu cara,
Vomité mis
sentimientos en tu cuerpo,
Golpeé las
paredes hasta que me sangraron los nudillos.
Mordí mis
uñas hasta llegar a los dedos
(y también me
los mordí hasta llegar a las palmas)
Un Fa
Sostenido derramó mis cuerdas vocales en un charco
(que formé
con toda la fuerza de mis ojos);
y mi sangre
corrió cual leche cortada, por los pasillos de un tren.
Cambié mi
vieja piel, reseca como un trapo apolillado,
El corazón
se me hizo pasa de uva. Cayeron mis plumas grisáceas.
Y con la luz
del sol se quebraron mis ojos.
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