02 julio 2011

Ser un oso

En esas noches de fastidio injustificado, mal humor crónico y tendencias de autoflagelo, nada mejor que convertirse en oso rojo, aunque sea un momento.




[De noche ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría.]


fragmento de "Discurso del oso"
J. Cortázar

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