Abrazo mi propia escencia, en una crisálida casi transparente.
Reposo el alma, y la eternidad se presenta como un torbellino de
Movimiento constante: un río me lleva hacia tus manos para
Oscilar entre la gente como un péndulo fantasma, imperceptible.
Nadie nunca nada, el vacío se transforma en plenitud.
Inmersa en vibraciones, huelo a flores en tu pelo, y como
Agua de montaña me escurro entre tus dedos.
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