16 diciembre 2010

He

Supe secarle las lágrimas cuando se sintió devastado,
quiero creer que estuvo mi mano cuando no vio más que oscuridad.

Y cuando se fueron los rayos y los relámpagos y las tormentas y las lluvias y las nieves, todo eso se olvidó, como se olvidan las cosas que no tienen mucho sentido.

Difícil es hablar con los ojos, cuando no te dejan mirar.

Y entonces cada vez que me hablaba, una fuerza interestelar le apretaba la garganta. Como si una especie de asfixia mental lo sucumbiera de pé a pá. Ella aparecía entre sombras como esos dibujitos animados de terror.
Decidí retirarme en silencio por no estallar en un acto de sensatez emocional, solo porque nunca quise tomar parte en el asunto. Y así fue que extrañe cada cosa de ellos dos.

No entendí en que momento los polos se intercambiaron. Ni cómo.
Lo único que pude definir, fue que no era falta de sentimiento, sino opresión la que impedía el flujo natural de las cosas.
Y ahora no sé si entiendo yo.

Pero sé que el me entendío a mí.

2 comentarios:

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Me suena a echada en cara, boluda...

Basta dijo...

jajaja puede que eso parezca, pero creeme que está muy lejos de ser una echada en cara de cualquier cosa.