Saliste tambaléandote sobre 10 cm de plataforma,
tropezaste con tu orgullo y te caiste sobre el hormigón.
Nunca habías estado tan avergonzada de tu actitud,
sin embargo contaste las monedas y seguiste tu camino;
muy a tu pesar, las cosas estaban demasiado programadas.
Una, dos, tres cuadras y frenaste la marcha de la tortura
justo en el momento en el que caían las gotas en tu frente.
Pensaste que todo iba a ser mas fácil,
pero vos sabés querida mía,
un huevo pollé no tarda en hacerse huevo duro.
Subiste al colectivo casi por inercia,
el pasillo desierto duplicó el sonido de tus pasos,
y justo antes de doblar en la esquina te vibraron los labios.
Amagaste a cerrar los ojos un par de veces
intentando no pensar, (o pensar) quien sabe,
en algún arcoiris rojo y negro, pero el silencio te sorprendió
cuando escuchaste caer un pelo sobre tu hombro.
Tu corte carré se bamboleó desde Mataderos hasta Belgrano.
Y en tu cabeza seguía oliendo a lluvia.
2 comentarios:
las cosas que te hacen escribir un par de zapatos incomodos.
terrible viste?
Que bueno que solo uso zapatillas.
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